En este clásico de la literatura del siglo XX, Aldous Huxley realiza un relato sobre una futura sociedad distópica, en la cual los sentimientos de amor, amistad, felicidad, tristeza, dolor, esperanza, son eliminados de las personas y reemplazados por la satisfacción inmediata de cualquier tipo de deseo mundano (bienes, comodidades, entretenimientos). Desde antes de su nacimiento (completamente artificial para eliminar vínculos familiares) las personas son “acondicionadas” para que al crecer sean de una determinada manera, tanto física como psíquica, de acuerdo a la clase social a la que han de pertenecer. Además, como medio de control a las personas y sus reacciones ante emociones que no están bien vistas (ninguna que implique la posibilidad de generar vínculos afectivos o que haga pensar al individuo) se les suministra a cada uno de los ciudadanos su ración de “soma”, una droga que genera sensación de bienestar y despreocupación, adormeciendo la mente.
A este mundo llega John, proveniente de una sociedad considerada salvaje y arcaica, teniendo una primera gran impresión de su nuevo “hogar”. Pero John no se encuentra “acondicionado” a esta forma de vida ni acepta el “soma” como remedio para sus sentimientos, lo que va generando que su malestar y desagrado crezcan, como así el rechazo hacia él por parte de los demás miembros de la sociedad.
Nos encontramos con una cruda descripción de la "civilización" hecha, con aguda visión, por Huxley en 1932, la cual refleja con grandes aciertos muchas de las circunstancias de la sociedad actual.
A título personal, puedo decir que se trata de uno de los libros que más me ha gustado, del cual rescato las siguientes grandes freses:
- “Las palabras pueden llegar a ser como los rayos X, que atraviesan cualquier cosa, si uno las emplea adecuadamente”;
- “Prefiero ser yo mismo, yo y desdichado, antes que cualquier otro y alegre”;